Tu casa no es solo un conjunto de espacios y habitaciones divididas por paredes; es un reflejo de ti y de quienes la habitan. Debería representarte y darte identidad.
Cada mañana, al vestirte, eliges cómo quieres presentarte al mundo, y esa decisión comienza en tu hogar. Hay tres espacios en tu casa en donde guardas tus objetos más significativos e íntimos. Estos deberían tener especial atención a la hora de ordenar. Ya que aquí encuentras objetos que te identifican, muestran tus gustos y aspiraciones. Como siempre digo: “como es adentro es afuera”. Si estos espacios están en orden esa energía positiva se reflejará en tu vida diaria.
Los cuatro espacios de la vivienda son: espacios de circulación, sociales, privados e íntimos. Cada uno de estos tiene unas medidas y circulaciones básicas. Representan una función específica pero también la identidad de quienes habitan ese espacio.
De los espacios íntimos vamos ver que están el closet, el estudio y tu mesa de noche. Sé que estos más que espacios son lugares de almacenamiento, pero son un reflejo de quién eres. En la mesa de noche guardas recuerdos valiosos, en el estudio encuentras papeles que definen tus aspiraciones, y en el clóset, la ropa que te da identidad.
Cuando sientas que es hora de poner tu vida en orden, comienza por estos tres espacios. Empieza por ti y por lo que verdaderamente importa en tu hogar. Recuerda, tu casa debe ser un reflejo de tu esencia. Dale el cuidado que merece y observa cómo esa transformación se manifiesta en tu vida cotidiana.
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