Cómo tu hogar impacta tus emociones

Todos los espacios que habitamos tienen un impacto emocional en nosotros. ¿Alguna vez te has puesto a pensar qué emociones refleja el lugar donde vives?
Sabías que pasamos más del 80% de nuestro tiempo en espacios cerrados? Salimos de casa solo para ir al trabajo, a un restaurante o realizar alguna otra actividad, pero siempre rodeados de cuatro paredes. Cada uno de estos espacios nos afecta, por como está diseñado, por la luz y los colores. Sin duda, los espacios que más nos afectan son los de nuestro hogar, porque es aquí donde te desarrollas como persona. Es aquí donde puedes ser tú mismo, estar con quienes más amas y encontrar la paz que tanto necesitas.

Sin embargo, no siempre es fácil transformar tu casa en un hogar. Ya sea porque vives en otro país, porque estás en arriendo, o porque sientes que no tienes suficiente espacio, puede parecer complicado crear un lugar que te haga sentir completamente feliz. Pero te aseguro que, con un poco de amor y dedicación, cualquier espacio puede convertirse en el hogar que deseas. Con un toque de diseño y organización, tu casa puede cambiar por completo, brindándote la necesidad de sentir que, finalmente, estás en casa.

He escuchado muchas veces que el hogar no son solo las paredes, sino las personas con las que compartes tu vida: tu pareja, tu familia. Sin embargo, las relaciones que se dan dentro de esos espacios se construyen también a partir de los elementos que los conforman. No es lo mismo tener una charla profunda con tus hijos o tu pareja en un sofá cómodo de la sala, que en un comedor o en una silla incómoda. Los espacios afectan nuestras emociones, y por eso tu hogar debería ser ese lugar seguro donde te sientas cómodo, escuchado y en paz.
No hace falta invertir grandes sumas de dinero para disfrutar de una buena conversación o una comida. Lo importante es ser consciente de lo que más te gusta y necesitas, para que tu espacio se convierta en un refugio que te haga sentir bien.

1. Agrega color y personalidad a las paredes: No dejes que todas las paredes sean blancas.

Añadir colores, cuadros o elementos decorativos puede dar calidez a cualquier habitación.

2. Mantén tus espacios organizados: Un lugar ordenado facilita la relajación y el disfrute de tu hogar.

3. Asigna un lugar a cada cosa: Tener cada objeto en su lugar facilita la convivencia y reduce el estrés.

4. Haz que cada espacio te represente: Añade detalles que reflejen tu estilo y el de tu familia, para que cada rincón sea único y especial.

5. Juega con la luz: La iluminación es clave para crear ambientes acogedores. Prueba diferentes puntos de luz para resaltar los rincones más importantes.